Club Atlético Río Gallegos

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Bancruz

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Romualdo D´Andrea

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Romualdo D’Andrea, ex dirigente de la entidad, un personaje que dio hasta sus últimos días por el fútbol de Bancruz; falleció al 17 de agosto de 2001 a la edad de 70 años.
Con la intención de salir de la monotonía, decidimos trasladarnos al domicilio de quien fuera en vida “el gordo” y así rendirle un sincero, humilde y calido homenaje, de la manera que mejor nos sale…haciendo radio.
En complicidad con Silvia (su hija) improvisamos un estudio justo en el quincho que su viejo destinaba a las reuniones sociales. Un lugar cómodo no muy grande, pero suficiente para reunir a los más cercanos. Prolijas paredes de color claro en perfecta armonía con los escasos muebles de madera oscuro y ese perfume a verde césped, a gol, porque en la casa de los D´Andrea el fútbol se vivía y se vive con verdadera pasión.
“Era tan pasional dentro de la casa como se mostraba en la cancha. Yo siempre cuento la anécdota que si vos no tenías acceso a una revista deportiva o de fútbol específicamente, y querías saber como estaba la Liga de….( ¡que se yo!) de Zambia! por ejemplo… Romualdo te lo podía decir, yo no se de donde, pero él tenía la información de cuanto partido estaba organizado en el mundo. Era un tipo que tenía una memoria y una lucidez para los números, las tablas, las posiciones… era algo increíble se acordaba de formaciones de fútbol de antes que el había nacido, antes del 30.
La segunda pasión era instalarse en su sillón para mirar televisión… lo veíamos por poco atajar, patear los penales, se metía tanto que interactuaba con las jugadas. El estaba dentro de la cancha, creo que el único deporte que no le gusto fue el béisbol, después le gustaban todos y con la misma pasión con la que sentía el fútbol”.
Aunque de robusta armadura se revistió Silvia, no pudo esconder algunas lágrimas de emoción al rememorar su llegada a Río Gallegos. “Mi viejo ingresa a Bancruz en el año 1977 o 1978, nuestro periplo fue Buenos Aires-Calafate-Río Gallegos, ya en El Calafate había tenido noticias de algunos clubes en Río Gallegos y después de ser dirigente en San Telmo (el club de sus amores aparte de River) llega a Río Gallegos y enseguida encuentra un par de amigos que coincidentemente formaban parte de Bancruz. En ese momento comienza la campaña que terminó jugando creo con Germinal en Rawson, y la organización de Bancruz como un equipo más interesante, digamos que fue el puntapié inicial del profesionalismo del club. En los años 80,81,82, mi viejo acompañado de otros dirigentes, viajaron a Buenos Aires a comprar casi un club entero, trajeron a la mitad del plantel de Huracán, locuras de esas, que mi madre y sus finanzas no recuerdan muy alegremente convengamos. Terminó en el año 99 siendo delegado en la Liga por el club Bancruz, en ese año por razones de salud, el tenía menos actividad fuera del hogar y terminó siendo Revisor de Cuentas hasta el año 2001 que el fallece, mi viejo está ligado a los últimos 30 años de la vida de Bancruz”.
El Gordo D’ Andrea…se podría decir que fue una bisagra en el fútbol local, un personaje simpático y de corazón gigante que llenó de anécdotas la ciudad y Silvia se encargó de relatarnos algunas. “En un partido con Cipolletti se armó un desbande (por no decir flor de quilombo), mi viejo fue un tipo muy pasional, pero jamás al punto de llegar a las manos. Yo recuerdo tres partidos, donde lo vi a mi viejo con un ataque de violencia. Ese de Cipolletti, que se hizo cargo de una barra brava completa… otro, un partido que si no me equivoco fue en Puerto Madryn, y el tercero que fue acá en Río Gallegos contra Nueva Chicago. Fue un tipo absolutamente apasionado, por eso creo que fue tan buen dirigente (el lei-motive de un dirigente tiene que ser la pasión por lo que ejerce). La pasión la llevó siempre a la casa. Mi casa fue, perfectamente, una delegación de la Liga de Fútbol: mi vieja de Huracán, yo de Boca y mi viejo de River… fútbol se miraba y se escuchaba todo el tiempo. Y la pasión del fútbol, mi viejo nos la transmitió y nos la enseño, todos en mi familia en general somos apasionados por el club chico y por el club grande. Quizás no la pasión dirigencial, la vida cívica propiamente dicha del club, pero si la pasión por el fútbol… con mi viejo podías ver a las 4 de mañana un partido de la Liga Italiana.